Si es mi luz la que te salva,
entonces recomponete sin pausas.
Si tu nombre habla de crecimientos,
entonces sos ideas anidadas por siglos
en la oscuridad que guardabas
entre tus puños cerrados.
–
Me infiltré en ellos,
los desdoblé con versos
y les dejé mientras me iba
la textura de mi pelo.
–
Tengo ahora por seguro
que tus semillas se quebrarán
y tendrán forma de melodías,
de tu desorden al improvisar
y darán flores de madera blanca
con las que crear un nuevo instrumento
que será nuestro nada más.